Pocos meses tras la caída del régimen de Bashar al Asad, un estallido de violencia contra una minoría religiosa ha disparado los temores a una nueva guerra civil en Siria. Milicias y grupos de sunitas masacraron a cientos de civiles alauitas, la minoría a la que pertenece la familia Asad, tras un ataque de simpatizantes del antiguo régimen. Al mismo tiempo, un histórico pacto entre el nuevo gobierno y los rebeldes kurdos alimenta las esperanzas de que Siria encuentre el camino hacia la paz. El actual presidente, Ahmed al Sharaa, promete que unirá a todos los sirios, pese a las dudas de muchos por su pasado como extremista islámico.
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